Desconectar
Actualidad

Opinión | Los arquitectos y los nuevos recubrimientos

21.07.2018 13:00

Si bien la cerámica es un material artificial, es uno de los materiales con una mayor tradición en su uso, pues ya se conoce su utilización en construcciones babilónicas y egipcias. Tradicionalmente, ha ocupado revestimientos de baños y cocinas en nuestras viviendas; sin embargo, a lo largo de la historia de la arquitectura ha vivido momentos esplendorosos.

Uno de estos momentos, el más reciente, se produjo con los revestimientos cerámicos en fachadas y zócalos de edificios modernistas que cumplieron un importante papel decorativo e higiénico. Estos revestimientos, gracias a sus posibilidades cromáticas y a su geometría más allá del plano, fueron capaces de seducir a arquitectos, usuarios y visitantes.

Sin embargo, la industrialización del sector, en la segunda mitad del siglo XX, ha permitido el acceso de las mismas tecnologías a todos los fabricantes. Ello ha producido una importante estandarización de productos, tanto en su geometría, generalmente plana, como en su decoración, lo que sin duda ha provocado una pérdida de atracción de los revestimientos cerámicos para arquitectos y diseñadores.

Los avances tecnológicos de principios del siglo XXI suponen una nueva revolución tecnológica en el proceso de fabricación de la cerámica y, a su vez, abren las posibilidades a la fabricación de nuevos productos capaces de dar respuesta a nuevas necesidades y nuevos mercados.

Entre estos avances tecnológicos, ya se ha consolidado la impresión digital que permite tanto la personalización de productos como la creación de nuevos diseños y efectos sin limitaciones tecnológicas. Ello ha perfeccionado tanto la imitación de otros materiales como maderas, piedras, metales o tejidos, como la creación de nuevas texturas.

En este sentido, la misma tecnología de impresión ya permite la creación de decoraciones integrando color y texturas o relieves, campo en el que seguramente veremos grandes avances en el futuro. El aumento del formato ha sido otro de los avances más importantes. Esto se ha producido tanto en las baldosas tradicionales de cerámica porosa, gres o gres porcelánico, con formatos ya habituales de más de 1 metro de longitud, como en las láminas cerámicas, con dimensiones de hasta tres metros de longitud y espesores a partir de tres milímetros.

Sin duda, este avance incrementa las posibilidades de diseño, pues se puede reducir considerablemente la, por algunos “no deseada”, trama de juntas, o con procesos de corte automatizado se pueden personalizar formatos para cada proyecto integrando las juntas en el diseño del revestimiento.

En este campo algunos fabricantes también producen baldosas de 2 cm. de espesor lo que permite dar respuesta a aplicaciones con altas exigencias mecánicas. Todo ello permite abrir nuevos campos en el uso de los recubrimientos cerámicos, conjugando más posibilidades de diseño junto con las altas prestaciones mecánicas y funcionales de la cerámica, desplazando así a otros materiales de revestimiento con menores prestaciones.

Seguramente el siguiente reto tecnológico para los fabricantes de piezas cerámicas pasa por la fabricación de piezas tridimensionales, curvas o con relieves que puedan seducir a los arquitectos y dar respuesta a nuevos diseños personalizados para cada proyecto.