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Al frente del centro territorial del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (INVASSAT), José Vicente Ródenas repasa la situación de las enfermedades profesionales en Castellón, en qué ocupaciones se dan más problemas, cuáles son las estrategias de cara al futuro para atajarlos y los sectores con más retos por delante para minimizar la incidencia.
--¿Qué balance hace del último año en Castellón en afección de enfermedades profesionales?
--Es un año del todo atípico en las cifras de partes debido al covid, con un descenso de actividad económica que se ha visto reflejado en la estadística, pero que no es comparable. Durante el 2020 --sin contar los primeros meses de este 2021--, en la provincia de Castellón las mutuas han comunicado 416 partes de Enfermedades Profesionales (EEPP), 95 casos menos que durante el 2019, lo que representa un descenso del 18’6 %.
--¿Qué tipo de trastorno de salud a raíz del trabajo es más frecuente en la población castellonense?
-- De las 390 enfermedades profesionales causadas por agentes físicos (el denominado grupo 2, el mayoritario) destacan especialmente las lesiones músculoesqueléticas a consecuencia de posturas forzadas y movimientos repetitivos, con 387 casos registrados (99’2%). De este tipo de lesiones, por concretar más: 198 se registraron como parálisis de los nervios o neuropatías periféricas (50,8 %), 185 como inflamación de las vainas tendinosas o tendinitis (47’4 %) y únicamente se detectaron cuatro casos de enfermedad de bolsas serosas o bursitis (1%). El túnel carpiano en los puestos que emplean ordenador sigue teniendo especial incidencia.
--¿Cuáles son los principales agentes que afectan a la salud a nivel de ciertas ocupaciones, existe algún especial riesgo?
--Sin lugar a dudas, los agentes físicos representan más del 90% de los casos detectados en las empresas de Castellón: 390. Por químicos se comunicaron cinco; biológicos, cuatro; otros cinco por inhalación de sustancias; por otros motivos, 12; y en el grupo 6 (agentes cancerígenos), no se declaró ninguna enfermedad profesional. En este 2021 sí hemos tenido una investigación por silicosis.
--¿Cuáles son las perspectivas, dada la nueva normativa de la sílice que considera este polvo en suspensión como cancerígeno?
--Los protocolos de prevención se van a tener que reforzar, principalmente, en la industria cerámica, pero también en la ejecución de obras de rehabilitación donde puedan fraccionarse azulejos o materiales que generen sílice en suspensión. La exposición de los trabajadores a la sílice cristalina respirable está relacionada con índices elevados de cáncer de pulmón.
Aunque ya se consideraba como agente químico, desde enero pasa a cancerígeno, en base a la trasposición de una directiva europea. El límite se fija en 0,05 mg/m3, aunque hasta el 31 de diciembre de este año existe una disposición transitoria para que se aplique el 0,1 mg/m3. En los centros de trabajo se deberá extremar la higiene y separación de zonas, compartimentando oficinas y planta; y sustituir el barrido y limpieza en seco por aspiración o humedad; entre otras medidas.
--¿Se han llegado a erradicar dolencias profesionales por cambio de protocolos en estos años?
--El impacto de los plaguicidas en la agricultura ha disminuido, dado que se potencia el uso en el campo de productos menos tóxicos. Actualmente, en la industria cerámica ya no existe tampoco la problemática del saturnismo, una enfermedad crónica producida por la intoxicación ocasionada por las sales del plomo, que también padeció el sector del metal pero de la que afortunadamente ya no hay ninguna incidencia.