Convivencias Cerámicas, una reinvindicación del muralismo
Este fin de semana ha finalizado la primera edición de las Convivencias Cerámicas de Onda, organizadas con el apoyo del Ayuntamiento de la localidad castellonense y el Museu del Taulell Manolo Safont. En total han sido cuatro días de intenso trabajo donde el intercambio y el reencuentro han sido los ejes sobre los que ha pivotado esta cita.
El ciclo ha contado con dos ejes principales, los talleres colaborativos para la confección de un mural y la jornada del viernes dedicada a ponencias y charlas, incluida una mesa redonda, especialmente interesante y participativa, y la visión que se realizó de la cerámica desde lo más local en Onda, pasando por Castellón, l’Alcora, Vila-real, Valencia hasta llegar a Argentina.
Respecto a los talleres, tanto Ángel Igual como Rosa Latorre -encargados de su dirección y diseño original- han destacado lo positivo de la experiencia. “Nos marcamos como objetivo compartir conocimientos, pero también que éstos surgieran de la convivencia. La gente ha descubierto el formato de trabajo colaborativo que en España no estamos tan acostumbrados como en Argentina. Aquí somos en exceso individualistas”, señala Igual.
“Para mí lo más hermoso ha sido la fusión de ambas culturas y lo positivo de reunirnos en torno al arte”, añade Latorre. “Se han dado cita personas vinculadas a la cerámica de distintos lugares y niveles variados, desde los que están empezando hasta los que llevan 40 años de carrera”, apunta Igual. Entre los nombres propios resaltar a los ceramistas Manolo Sales, Pepe Royo, Rafa Galindo, Carmen Marco (ANPEC), Conxa Arjona o Irene Molina.
El resultado ha sido un mural con tres figuras que representan los guardianes de la cerámica que se instalará en un espacio reservado en la zona del aparcamiento del antiguo cine Paraíso que da acceso al castillo de Onda. Flanqueando la figura central se encuentran dos guardianes con cuerpos de formas valencianas y rostros con elementos precolombinos, aztecas fundamentalmente.
La decoración interior de ambas figuras alterna cenefas de colores y texturas tradicionales, tanto españolas como argentinas. La figura central, cuya cabeza está modelada, recrea un cuerpo compuesto por líneas mucho más sueltas y contemporáneas. Su decoración lleva esmaltes y texturas que recuerdan las manchas de un jaguar, resueltas con la decoración típica de Manolo Safont, a modo de tributo. El mensaje es evidente, la unión de motivos valencianos y argentinos tradicionales con el elemento contemporáneo y local que sería Onda y Manolo Safont.