CONSTRUCCIÓN

Construmat centra su mirada en la rehabilitación

Construmat 2023.
EEduardo López Alonso

El salón Construmat finaliza este jueves en las instalaciones de Fira de Barcelona. En momentos complejos derivados de la subida de los tipos de interés e incremento de los precios de los materiales, la feria ha diseñado en esta edición una muestra ajustada, sin alharacas ni muchedumbres pero mucho profesional necesitado de soluciones. No es esta feria terreno acotado para grandes constructoras sino más bien lo contrario, espacio idóneo para empresas medianas y empresarios autónomos, de chaqueta ocasional y tejano de batalla. Protagonistas del riesgo empresarial y márgenes en juego.

Pese a los esfuerzos institucionales de impulsar el Construmat con abrigo de sostenibilidad, lo cierto es que el mercado se mueve en torno a la rehabilitación, nuevos materiales intentando ganar cuota y las fórmulas milagrosas para hacer mejor, distinto y más barato.

Cierto que expone espacio y notoriedad la oferta dedicada a la construcción en madera, pero todavía es una alternativa de construcción en menos manos, frente al constructor o profesional dedicado a reformas rápidas de pisos y quitar bañeras para poner platos de ducha. La casuística del sector de la construcción es inabarcable y en Construmat puede lograrse algo que es cada vez más complejo, la diferenciación con respecto a la competencia y lograr nuevos distribuidores.

El sector de la construcción en España es uno de los más potentes del mundo, con gran concentración de grandes compañías que están creciendo cada vez más en el extranjero. Las 11 grandes compañías españolas facturaron el pasado año del orden de 70.680 millones de dólares, mientras que las 74 mayores firmas chinas llegaron a 120.010 millones.

Las 20 primeras compañías elevaron sus ingresos más del 19%. Nadie tiende a contratar a ACS para la reforma del baño o impermeabilizar el tejadillo del garaje de una segunda residencia. Ese mercado pugna por eludir la chapucilla y encontrar profesionales solventes y materiales punteros. Solo en Cataluña se calcula que hay en torno a 40.000 empresas del sector de la construcción. Pero en cuestión de nuevos materiales existe crueldad sin par y exigencia de costes bajos como premisa para seguir hablando.

Visto lo visto en Construmat, buena parte de la batalla técnica y comercial está actualmente en los aislamientos. En poco tiempo será necesario que las viviendas tengan una etiqueta medioambiental de categoría ‘D’ para poder ser alquiladas o vendidas.

Para ello es necesario mejorar ventanas, aislamientos en paredes e incorporar nuevos sistemas de eficiencia energética. La diferenciación en materiales es relevante, igual que el avance tecnológico. Los avances en la tecnología de la inteligencia artificial y el análisis de datos están transformando rápidamente la forma en que los edificios se diseñan, construyen y operan. Y la rapidez de ejecución de los nuevos materiales es un valor al alza en momentos de inflación. El Consorcio Passivhaus, agrupación empresarial formada por más de 30 empresas del sector industrial, de la construcción y de la tecnología, está presente en el salón para impulsar cambios en el sector.

Algunas empresas promocionan en el salón la madera como material milagroso en ese compromiso medioambiental e imagen ecológica. El uso de la paja en vez de fibras sintéticas es un ejemplo o el uso intensivo de madera en construcción (de la firma Alberch). Técnicas de construcción muy utilizadas en Francia y otros países del norte de Europa basadas en madera pugnan por lograr implantación en España. Es el caso de Binderholz. Madera contrachapada o tarima machihembrada sirven para afrontar construcciones de aspecto ecológico indudable y protecciones térmicas elevadas.

La domótica hace años que llegó a los hogares de estar por casa, en forma de bombillas controladas a través de internet y enchufes domotizados. Muestra hay en la feria de este tipo de productos de la mano de Jung Home. Pero los costes son un elemento fundamental a la hora de que un constructor decida incorporar materiales punteros en sus edificios. Un estudio de ABI Research apunta a que la facturación del negocio de la domótica en los hogares crecerá el 300% entre 2022 y 2024. Una encuesta de ADT predice que el 82 de los españoles planea instalar dispositivos tecnológicos en su vivienda. La idea es que los hogares van a incorporar sensores por doquier, aunque probablemente será necesario en primer lugar abordar las reformas básicas que permitan cumplir con las normativas en términos de aislamiento y confort.