CONSTRUCCIÓN

Madrid inicia la restauración de la Casa de los Vargas tras cinco años de estudios

La remodelación de este palacete en la Casa de Campo contempla la inversión de nueve millones de euros
Una de las construcciones en el Palacete de los Vargas, en la Casa de Campo de Madrid.
Ángel Rodríguez

Dentro de la estrategia de descentralización del turismo del Ayuntamiento de Madrid hay tres o cuatro lugares recurrentes que se suelen mencionar como posibles focos de atracción al otro lado de la M30. Se insiste, por ejemplo, en tratar de consolidar, a veces de manera un poco forzada, una especie de Chinatown en el distrito de Usera. Se menciona el palacio de los duques de Osuna, en el parque de El Capricho, en obras de restauración que nunca concluyen. O se alude al palacete de los Vargas, en torno al que se viene dando vueltas desde hace varios mandatos.

Lo que fue residencia de recreo de la aristocracia y pudo haber sido sede de un Instituto de Estudios sobre el Hambre en el Mundo si hubiese salido adelante la idea germinada cuando Manuela Carmena era alcaldesa será, si acaban por prosperar definitivamente los planes de Cibeles, un centro de interpretación de la Casa de Campo. Hace apenas dos semanas la Junta de Gobierno municipal aprobaba el encargo de las obras de recuperación y acondicionamiento del edificio a la empresa pública Tragsa. Los trabajos, informaba entonces la portavoz del ejecutivo municipal, comenzarán en el primer trimestre de 2025.

Se empezará a materializar así un proyecto en el que ya se llevan invertidos 700.000 euros. Entre 2019 y 2023 se redactó un Plan Especial y se acometieron diversos estudios históricos y arqueológicos para justificar la intervención además de revertir algunos trabajos arquitectónicos con objeto de que la remodelación se iniciara en 2024, lo que no ha ocurrido.

Los trabajos que arrancarán ahora, con un presupuesto de más de nueve millones de euros, la mayoría procedentes de los fondos Next Generation, se extenderán a lo largo de al menos 15 meses, por lo que no estarán concluidos hasta entrado 2026. Y aun entonces se deberá realizar el proyecto museográfico para dotar de contenido al inmueble. El hecho de que la futura exposición se centre en la historia del propio edificio y de la Casa de Campo tiene que ver, además de con su situación en el interior del parque, junto al Puente del Rey sobre el Manzanares, con su importancia para el nacimiento de lo que hoy es el pulmón verde de la capital.

Relevancia histórica

El nombre de Palacete de los Vargas se debe a la familia que ordenó su construcción a principios del siglo XVI. El linaje de los Vargas es uno de los más importantes en la historia de Madrid. Hacia 1519 se hicieron construir esta villa de descanso, probablemente por Antonio de Madrid, alarife que también trabajó en la construcción del Real Alcázar. Se cree que en él pasó temporadas Carlos I y que fue uno de los lugares donde estuvo cautivo Francisco I de Francia en Madrid

Pero fue Felipe II el personaje clave en la configuración de lo que acabaría por ser la Casa de Campo. En 1561 compró el palacete a Antonia Manrique de Valencia viuda de Francisco de Vargas. Ya antes había comenzado la anexión de terrenos en su alrededor que acabaron por conformar un Real Sitio. Propiedad de la corona, en la construcción y sus jardines intervinieron arquitectos como Juan Bautista de Toledo, en tiempos del propio Felipe II, o más adelante, bajo el reinado de Carlos III, Francesco Sabatini, el autor del Palacio Real o la Puerta de Alcalá.

La Casa de Campo continuó siendo posesión de la monarquía hasta la llegada de la II República, cuando el Estado se incautó de los bienes de Alfonso XIII y cedió al Ayuntamiento de Madrid el Real Sitio de la Casa de Campo, que pasó a ser un parque público. Con el Palacete de los Vargas incluido.