CONSTRUCCIÓN

Vídeo | Así avanzan las obras del mayor edificio del mundo, para 9 millones de habitantes

Las imágenes muestran la frenética actividad en el desierto saudí para llevar a cabo The Line, de 170 kilómetros de largo
Así avanzan las obras de The Line, el mayor edificio del mundo Giles Plendeton
Joan Lluís Ferrer

Las obras de la faraónica construcción impulsada por el régimen de Arabia Saudí, The Line, el mayor edificio del mundo para albergar a nueve millones de personas, avanzan a todo ritmo en el desierto del Mar Rojo. Los trabajos dieron comienzo a mediados de octubre pasado, pero según las imágenes que se van divulgando a través de la web del proyecto, el ritmo ha adquirido una gran velocidad en las primeras semanas.

A estas horas, centenares de trabajadores, docenas de grúas y un sinfín de maquinaria de todo tipo constituyen un verdadero hormiguero de actividad en la polvorienta y desértica región de Neom, que es como se llamará la gran ciudad que incluirá a The Line, así como a una gigantesca pista de esquí y otras muchas instalaciones.

Según muestran las imágenes, de momento los trabajos consisten en el allanamiento del terreno y en la preparación de los cimientos de tan superlativa construcción, que tendrá una longitud de nada menos que 170 kilómetros, desde el interior del desierto hasta la propia orilla del Mar Rojo.

Este vídeo muestra la situación actual sobre el terreno:

La estructura tendrá medio kilómetro de altura y tendrá la apariencia de una larguísima muralla uniformemente forrada de espejo, lo que le dará un aspecto irreal desde el exterior. El interior, en cambio, hervirá de actividad, aunque todo bajo el criterio de la máxima sostenibilidad, según se encargan de repetir insistentemente los responsables del proyecto.

Proyecto «ecológico»

Los promotores destacan que tanto Neom como The Line se basarán en un concepto totalmente ecológico. El gigantesco edificio en construcción funcionará con energía 100% renovable y todo el transporte por el interior de la ciudad será de cero emisiones. Para ir de un extremo al otro de este bloque de 170 kilómetros, un tren de alta velocidad cubrirá el trayecto en unos 20 minutos. Los servicios, tiendas y demás centros a los que deban acudir los residentes a pie estarán siempre a unos cinco minutos andando, afirma el proyecto.

El príncipe heredero Saudí, Mohammed bin Salman, que también es presidente del consejo de administración de la empresa Neom, concibe esta monumental urbe como una demostración del futuro sostenible por el que apuesta su país. “Son necesarias nuevas e imaginativas soluciones” para hacer frente a las “crisis de habitabilidad y medioambientales que afrontan las ciudades de nuestro planeta”, ha afirmado el príncipe.

Esta página web sigue el desarrollo del proyecto de forma continuada a lo largo del tiempo, con información de todas sus novedades, aparte de mostrar imágenes espectaculares de lo que será el interior de The Line.

¿De dónde saldrá el agua?

Uno de los grandes retos que tiene planteado no solo el megaedificio The Line, sino toda la ciudad Neom, incluyendo su complejo de esquí, será de dónde sacar tanta agua como necesitarán sus residentes e infraestructuras públicas.

La construcción de enormes plantas potabilizadoras, que llevarán agua desde el Mar Rojo hasta los residentes, será la solución. Y, aunque el proyecto contempla que dichas desaladoras funcionarán mediante electricidad obtenidas con fuentes renovables, ya hay expertos que dudan de que la tecnología esté tan avanzada como para hacer funcionar estaciones tan grandes como esta mediante energía solar. De no ser así, las emisiones de CO2 para producir la electricidad necesaria para desalar estas cantidades de agua podrían ser muy considerables.

De hecho, las actividades relacionadas con la propia construcción de los edificios (maquinaria, transporte, obtención de materiales, etc.) generará ya grandes emisiones que está por ver si serán compensadas en el futuro por los mecanismos de sostenibilidad anunciados por el gobierno saudí.

Además de las dudas medioambientales, el proyecto pone al descubierto la falta de libertades y los raquíticos derechos humanos que caracterizan a este país. Varias organizaciones han denunciado que algunos vecinos de la zona han sido desalojados a la fuerza de sus casas para llevar a cabo las obras y que, además, han sido condenados a muerte a principios de este mes de octubre.