DISEÑO

Casa en Puntiró, arquitectura premiada por su aprovechamiento de la cerámica

Los Premios Cerámica de Ascer reconocieron el trabajo del estudio de Ripoll·Tizón con el primer galardón en la categoría de Arquitectura en la última edición de los galardones
El jurado de los Premios Cerámica valoró que «es un proyecto muy unitario en el que los materiales y la resolución arquitectónica se ensamblan de manera coherente».
J. Cabrerizo

La vivienda Casa en Puntiró está ubicada en la parte más alta de una propiedad que se eleva sobre la bahía de Palma en Puntiró (Palma de Mallorca) y constituye un ejemplo de cómo se puede llevar a cabo una integración singular entre la arquitectura y el entorno.

Esta obra que establece profundas raíces en la naturaleza recibió el primer premio en la categoría de Arquitectura en la edición 2023 de los Premios Cerámica que organiza de forma anual la asociación de fabricantes Ascer para visibilizar obras singulares en las que destaca el material.

Firmada por el estudio de arquitectura Ripoll-Tizón, Casa en Puntiró fue elegida por el jurado de la prestigiosa convocatoria internacional, mediante decisión unánime, gracias a su «combinación coherente de materiales elegidos y fórmulas arquitectónicas».

El jurado valoró que es «un proyecto muy unitario en el que los materiales y la resolución arquitectónica se ensamblan de manera coherente. La materialidad, estructura, solución arquitectónica es muy equilibrada y es notable que se ha trabajado al mismo tiempo y desde el origen. Destacan la habilidad de los autores en la selección de los materiales y los detalles constructivos».

Al estudio de arquitectura Ripoll-Tizón se le planteó el desafío de crear una casa capaz de albergar cómodamente a dos familias y estancias prolongadas de invitados. El plano de planta casi cuadrado coloca estratégicamente áreas privadas idénticas para anfitriones e invitados en lados contiguos, separadas por espacios comunes a lo largo de un eje diagonal que conduce a la sala de estar, maximizando las impresionantes vistas a la bahía de Palma.

Tres terrazas actúan como transiciones perfectas entre los espacios interiores y exteriores. Una terraza, que presenta una delicada estructura para vegetación vertical, se convierte en un santuario de sombra integrado en la envolvente del edificio, armonizando con el entorno natural. La composición estructural, compuesta por muros de carga y forjados unidireccionales, divide la vivienda en zonas de estar claramente definidas.

Esta sincronicidad asegura que la estructura portante se integre perfectamente con el diseño interior de cada habitación. El porcelánico y el azulejo esmaltado cobran protagonismo, tanto en interiores como en exteriores. El material fue elegido por su alta resistencia, dureza, durabilidad, baja porosidad y absorción de agua, establece una base de resistencia.

Internamente, el porcelánico colabora con la piedra natural en zonas que requieren materiales robustos. En el interior, las baldosas vidriadas trascienden los roles tradicionales, adornan las zonas húmedas y se transforman en componentes integrales de los muebles empotrados.

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Las mesitas de noche, los enchufes y los splits de aire acondicionado se convierten en elementos de expresión artística, cada uno adornado con su propio conjunto de revestimientos cerámicos. En el exterior, la fusión de funcionalidad y estética continúa a medida que interruptores eléctricos, accesorios de iluminación y respiraderos se integran perfectamente en baldosas de cerámica y celosías, creando un tapiz exterior que complementa el diseño arquitectónico.

Esta residencia mallorquina es un ejemplo paradigmático de la meticulosa relación entre la forma, los materiales y el paisaje. No sólo cumple con las restricciones regulatorias, sino que las eleva a una forma de arte, creando un hogar que es una extensión armoniosa de la belleza natural tan característica de Mallorca.