ENERGÍA

La industria alerta de la ‘paradoja verde’ de España

Los gigantes industriales que operan en el mercado español alertan de una caída de su consumo eléctrico del 30% en cinco años por los altos precios y la menor actividad por la imposibilidad de competir con sus rivales europeos
Una planta de energía solar fotovoltaica.
David Page

España se ha embarcado en una expansión masiva de nuevas plantas de renovables y está previsto que acelere aún más el despliegue en los próximos años. Cada vez hay más capacidad de generar electricidad y cada vez se invierte más en nuevas plantas verdes (que acabarán sustituyendo a otras de otras tecnologías en el futuro, como la nuclear o las centrales de gas), pero el boom en el campo de la producción está chocando con el gran problema de un consumo eléctrico que no remonta.

La demanda eléctrica siguió cayendo el año pasado hasta quedarse a niveles de hace dos décadas. El consumo eléctrico se situó en 244.665 gigavatios hora (GWh), un 2,3% menos que el año anterior y el nivel más bajo desde 2003, incluso por debajo del 2020 del confinamiento con varios meses con todo el país paralizado o a medio gas, según los registros de Red Eléctrica de España (REE), el gestor del sistema eléctrico español. Un descenso continuado en el que la menor actividad de la industria española ha sido una de los detonantes clave.

Los gigantes industriales que hacen un consumo intensivo de electricidad advierten de que el año pasado registraron una caída del 8% en su demanda eléctrica y alertan de que el descenso es del 30% en los últimos cinco años, un frenazo que las compañías achacan a que siguen sufriendo el impacto de la crisis de precios energéticos y a la menor actividad debido a que la alta factura energética en España les dificulta poder competir con sus rivales europeos, con el consiguiente riesgo de pérdida de competitividad, pérdida de actividad e incluso de deslocalización o de cierre.

Más producción, menos consumo

Aunque mes tras meses se registran pequeños incrementos de demanda eléctrica, los niveles aún está muy lejos de los de hace más de una década, y desde la gran industria se alerta de que la falta de consumo suficiente puede hacer estallar las costuras del sector energético en pleno despliegue masivo de las renovables. “La carrera de las renovables no tiene sentido si no hay nadie para consumir esa electricidad”, avisó este martes José Antonio Jainaga, presidente de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Electricidad (AEGE), en el foro anual de la patronal de las industrias electrointensivas que agrupa a gigantes como ArcelorMittal, Acerinox, Sidenor, Ferroatlántica o Tubos Reunidos.

“La caída de demanda eléctrica industrial es una mala noticia y es el principal responsable del descenso general. La industria electrointensiva tenemos capacidad de aumentar nuestro consumo y podemos ser una alternativa útil para alcanzar los objetivos de descarbonización y de renovables de aquí a 2030”, subrayó Jainaga, en referencia a las metas verdes aún más ambiciosas recogidas en el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) remitido por el Gobierno a la Comisión Europea.

Y es que la baja demanda eléctrica actual y el despliegue acelerado de nuevas renovables está provocando, entre otros efectos, una proliferación de las horas de precios hundidos en el mercado eléctrico (con cientos de horas a cero euros e incluso ya también precios negativos) y la pérdida de energía que no se puede consumir en el momento por falta de consumo suficiente o por saturación de las redes eléctricas. Un escenario que está haciendo saltar las alarmas en el sector energético sobre la viabilidad futura de las nuevas plantas verdes y amenazan con frenar nuevas inversiones.

La gran industria lleva tiempo metiendo presión al Gobierno para disparar las ayudas directas que sirven para paliar el impacto que tienen los costes de electricidad en sus cuentas y en su capacidad de competir con sus rivales europeos. Pero las presiones no han surtido efecto y el Ejecutivo repartirá compensaciones a la consumidores electrointensivos muy por debajo de las aspiraciones del sector.

El golpe de la factura eléctrica

La gran industria española llevan años dando la voz de alarma por sus problemas para competir con sus rivales de otros países europeos por el mayor coste de la electricidad que soportan. Los grandes grupos industriales con presencia en el mercado español se quejan de estar en desventaja en relación a sus competidores de Francia o Alemania, que se benefician de mayores bonificaciones en su factura eléctrica, y por eso reclaman al Gobierno más ayudas y descuentos, sobre todo en un momento en que se reclama a la industria impulsar de manera definitiva su descarbonización.

“Invertir en descarbonizar y no poder competir por costes nos lleva a una muerte segura”, subrayó el director general de la patronal química Feique, Juan Antonio Labat. “Para descarbonizar la industria tenemos que utilizar los nuevos vectores energéticos descarbonizados, pero han de estar disponibles y han de ser baratos. Si no, sólo crearemos empresas zombis”, alertó el director de Sostenibilidad e Innovación de la patronal siderúrgica Unesid, Santiago Oliver. “Hay que dar más ayudas a las empresas. Las compañías no pueden asumir todo el coste de la descarbonización”, apuntó también Aurora Simón, representante de la patronal de envases de vidrio Anfevi.

Desde AEGE se lleva tiempo reclamando una reforma integral del marco regulatorio de los electrointensivos para poder beneficiarse de más descuentos, solicitando equiparar sus condiciones a los de sus rivales de Francia o Alemania dejando de pagar el impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica (IVPEE), no soportando el cargo del Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), convirtiendo en permanente la rebaja temporal del 80% de los peajes de acceso que pagan los electrointensivos en su factura eléctrica desde la crisis energética, así como aligerando otros aspectos fiscales y de los cargos por costes ligados a la política energética.

Ayudas directas en la factura

Asimismo, la gran industria reclama elevar las ayudas directas que sirven para reducir el impacto que tienen los costes de la electricidad en sus cuentas y en su competitividad frente a sus rivales europeos. Los grandes grupos industriales se benefician cada año de un sistema de compensación de parte de los costes de las emisiones indirectas de CO2, pero las compañías se quejan de que los importes destinados en los últimos años han sido insuficientes y exigen más que triplicar las ayudas que percibirán este año.

El Ministerio de Industria prepara la convocatoria de este año de estas ayudas por un importe de 300 millones de euros. Una cifra que sube un 23% en relación al repartido en los dos últimos años, con 244 millones ambos ejercicios. Pero es apenas un tercio del montante que venía reclamando la gran industria. Y es que AEGE y otras asociaciones industriales sectoriales (como han hecho este martes la patronal química Feique y la siderúrgica Unesid) reclaman una gran ampliación presupuestaria para compensar los costes indirectos del CO2, denunciando que el sector tiene derecho a compensaciones por un importe de cerca de 900 millones de euros este año, dado la evolución de los parámetros que se utilizan para calcular el importe máximo de las ayudas.

La recaudación por las subastas de derechos de emisión de CO2 ascendió el año pasado a 3.600 millones y la Ley de Cambio Climático permite repartir un 25% de esos fondos entre la industria en riesgo de deslocalización y cubrir hasta un 75% de estos costes indirectos, por eso la gran industria reclama un aumento tan sustancial del presupuesto para este año. “Sabemos que el esfuerzo [presupuestario] debe ir en aumento”, reconoció en el foro anual de AGE la propia secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, que también subrayó que las industrias electrointensivas han sido adjudicatarias de 217 millones del total de 323 millones de euros de fondos europeos adjudicados hasta ahora de la primera línea del PERTE para la Descarbonización.

La Comisión Europea aprobó el año pasado una revisión del plan de ayudas del Gobierno español para toda una década. El anterior plan contemplaba 2.900 millones de euros para compensar parte de los costes de emisiones indirectas de CO2 entre 2021 y 2030, en el nuevo programa ahora Bruselas permitirá a España destinar un máximo de 8.510 millones entre 2022 y 2031. Con estos nuevos topes presupuestarios, y dada la subida de los precios del CO2, la patronal de la gran industria electrointensiva ve justificada su reclamación de triplicar la partida de ayudas para este año.