FERIA

La primera jornada de Cersaie: más calidad, ‘trampas’ indias y huelga de taxis

El público internacional desplazado hasta la feria cerámica de Bolonia valora los productos de altas prestaciones ante el auge de la fabricación asiática
Cersaie se celebra hasta el viernes en Bolonia.
Bartomeu Roig

Las últimas horas de Cersaie 2023 estuvieron marcadas por una amenaza de huelga en el aeropuerto, que finalmente fue desconvocada. En cambio, el arranque de la edición del 2024 ha sufrido los efectos de una huelga de taxistas en Bolonia. Encontrar uno fue una odisea y esto se notó en los primeros minutos de la feria, con una llegada más escalonada de los participantes. Pese a este contratiempo, el trajín de maletas entre los pasillos del recinto ferial fue el habitual de cada lunes de Cersaie.

A falta de que haya análisis más detallados en los próximos días, ya hay una serie de tendencias que marcarán la presente convocatoria. La primera de ellas, el deseo de recuperar una cierta normalidad tras el zarpazo de la crisis energética de 2022 y la caída de las ventas de 2023, aunque a pie de estand se asume que este punto de inflexión tardará unos meses más en llegar y, sobre todo, dependen de factores de política internacional, que poco tienen que ver con el desarrollo de la feria o las decisiones que tomen las empresas del sector.

El otro mensaje mayoritario tiene que ver con el posicionamiento de la cerámica de Castellón por presentar productos cada vez más novedosos y técnicos para hacer frente a la amenaza de unos países asiáticos que tienen la capacidad de inundar el mercado global con gamas de bajo precio y una calidad mediocre.

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El gerente de Geotiles, Pere Llop, explicó que los asistentes «no preguntan tanto por los precios como las técnicas empleadas en fabricar los productos o el uso de tintas digitales». En lo referente a la afluencia de gente, comentó que, a pesar de las dificultades para llegar a primera hora, «se ha mantenido la tendencia de los últimos años, en los que los lunes por la mañana son un día fuerte de actividad».

En el espacio de Argenta se expresaban en términos parecidos en lo referente a la estrategia a adoptar por el sector provincial. El gerente de esta firma, Alejandro Navarro, hacía mención a «un producto cada vez más evolucionado, en el que la tecnología digital es más patente, así como la aplicación de esmaltes con máquinas de inyección», algo que ha permitido dar un gran paso adelante a la hora de proponer todo tipo de diseños y acabados.

Navarro cree que la clave puede estar en «tener menos producto masivo y más calidad y diferenciación», algo que les permite «competir de tú a tú con la cerámica italiana» ante el resto del mundo, especialmente «entre los mercados más mayoritarios para nosotros, como Europa y Estados Unidos». En cuanto a la posibilidad de que la feria sea un punto de inflexión para las ventas, las fuentes consultadas creen que la realidad es más compleja que el resultado de esta semana en Bolonia. El gerente de Argenta cree que puede «ser un catalizador, si la economía también tiene una inflexión como nuevas bajadas de los tipos de interés y reactivación en la construcción».

El presidente de Grespania, Luis Hernández, cree que más allá de la feria «es determinante que haya cambios en la regulación que sufrimos los productores europeos, como los pagos por el CO2, que ninguna otra zona del mundo secunda y que nos resta competitividad». Por eso cree que Cersaie «puede marcar el signo del mercado, pero lo que más nos urge son los cambios regulatorios».

De nuevo, los grandes formatos son una de las grandes atracciones de los fabricantes, aunque en convivencia con piezas pequeñas y con aspecto artesanal, que marcan un contraste en esta feria.

Exposiciones de firmas indias

Los fabricantes indios están fuera de la feria, aunque los hay que han logrado burlar este veto por parte de la organización. Una compañía tiene montado un showroom propio con sus productos en un hotel situado a escasos 200 metros del recinto ferial de Bolonia. Así lo anunciaban las pantallas publicitarias del aeropuerto y gente que repartía folletos en el pasillo de acceso principal de Cersaie. Es una muestra más de la gran competencia existente.