El autoconsumo eléctrico sigue frenando. El despliegue de paneles solares en hogares y empresas se desbocó hasta máximos históricos en 2022 en plena crisis energética por los altos precios de la electricidad y el reparto de ayudas públicas, ya empezó a desinflarse claramente en 2023 y este año se encamina hacia un nuevo descenso. Las estimaciones del sector de instalación de nuevas plantas en lo que va de 2024 muestran un paso más de ralentización y por eso se avivan las reclamaciones de rebajas fiscales y de reformas regulatorias profundas para evitar nuevas caídas y reactivar el negocio.
En la primera mitad de este año se han instalado en España algo menos de 730 nuevos megavatios (MW) de autoconsumo, según las estimaciones que maneja la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), una de las patronales del sector de la energía solar, que calcula que se desplegaron 314 MW en el primer trimestre y otros 413 MW en el segundo trimestre.
Los datos muestran un debilitamiento del despliegue, con un descenso del 15% en relación al ritmo de instalación del año pasado (unos 850 MW en el semestre) y un 45% menos que en el ‘boom’ de 2022 (con unos 1.325 MW a mitad de año), aunque las variaciones porcentuales están calculadas comparando con los ritmos medios de despliegue de años anteriores, al no existir datos oficiales por trimestres y sólo haber información concreta de nueva potencia de autoconsumo sobre años completos.
UNEF se agarra a la parte más positiva de la evolución de este año, que es el crecimiento entre el primer y segundo trimestres de 2024, un 41% más. No obstante, desde la patronal se reconoce que no son periodos estrictamente comparables por los condicionantes estacionales (en invierno se realizan generalmente menos trabajos de despliegue por las peores condiciones climatológicas).
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La asociación que agrupa a 800 empresas del sector fotovoltaico evita hacer proyecciones para el conjunto del año, pero advierte de que con el ritmo actual no podrán cumplirse los objetivos de llegar a 19.000 MW de autoconsumo operativos en 2030 que recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta de expansión renovable y metas ambientales hasta final de la década. A falta de datos oficiales, el sector calcula que actualmente están operativos en torno a 7.000 MW, algo más de un tercio del objetivo para dentro de seis años. Y por eso reclama rebajas fiscales y el fin de barreras regulatorias para frenar las caídas actuales y reanimar el autoconsumo.
El sector fotovoltaico se moviliza para pedir al Gobierno y a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) incentivos impositivos para reactivar el despliegue de plantas de autoconsumo, como grandes desgravaciones fiscales a inversores particulares y también en el impuesto de sociedades a las empresas que opten por utilizar autoproducción energética, o exenciones del pago del IVA hasta un tipo del 0% en todos los equipos necesarios para las plantas, como ya se hace en otros países europeos.
Desde UNEF también se reclama levantar otras barreras regulatorias para impulsar el autoconsumo. Entras las reformas legales técnicas que se reclaman para acabar con algunos obstáculos burocráticos figuran, entre otras, elevar de 2 a 5 kilómetros la distancia a la que debe situarse una planta para poder ser considerada de autoconsumo; aliviar los permisos administrativos a todas las instalaciones de menos de 500 kilovatios (kW); ampliar de 150 a al menos 450 kWlas instalaciones con compensación administrativa simplificada; extender la exención de pdir permiso para conectarse a la red a plantas que inyecten menos de 15 kW a la red, no sólo aquellas con menos de 15 kW de potencia instalada; o rebajas de los peajes y los cargos para las plantas que instalen baterías y en las horas de mayor congestión en las redes.
Los instaladores de plantas fotovoltaicas también reclaman más transparencia en la gestión del acceso y conexión a las redes eléctricas, después de las sospechas de que las compañías distribuidoras favorecen a filiales de sus propios grupos empresariales frente a sus rivales. Por eso, desde UNEF se reclama mayor información sobre los planes de inversión de las grandes eléctricas en sus redes; información periódica de la capacidad disponible en los puntos de conexiones para poder solicitar el permiso de enganche; y homogeneidad en el modelo de solicitud de permisos de acceso entre todas las grandes eléctricas, limitando los plazos de entrega e impidiendo peticiones de “información superflua” que puedan retrasar la tramitación.
El histórico boom del autoconsumo eléctrico en España sigue desinflándose. El sector de las renovables se resigna a una nueva caída en el conjunto de este año del despliegue de nuevas instalaciones de paneles solares en hogares, acumulando dos ejercicios consecutivos a la baja tras el récord de 2022 por el fin de la crisis de precios energéticos y por el
España ha registrado en los últimos años una expansión histórica de nuevas instalaciones de autoconsumo eléctrico. En 2022 se registró un récord desbordado, cuando se instaló casi tanto autoconsumo como en toda la historia anterior (con casi 2.650 nuevos megavatios, MW), aupado por los precios disparados de la electricidad por la crisis energéticas y por los programas milmillonarios de subvenciones con fondos europeos.
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En 2023 el despliegue siguió siendo alto (con unos 1.700 MW, según UNEF, o 1.900 MW, según la la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA), pero el crecimiento empezó a moderarse, sobre todo en el caso de las placas solares en viviendas, debido la normalización de los precios de la electricidad y también por el retraso en el reparto de las ayudas. Una tendencia de ralentización que continúa. UNEF no hace proyecciones para el conjunto del año, pero APPA sí anticipa que la caída dejará instalación de nueva potencia de autoconsumo este ejercicio en el entorno de los 1.200 MW.
El fin de la crisis de precios en máximos del mercado de la electricidad (incluso ahora con momentos de derrumbe, disparándose las horas a cero euros y también marcando precios negativos) y el atasco en el reparto efectivo de las ayudas de fondos europeos en algunas comunidades autónomas y el casi agotamiento del presupuesto en otras regiones son, según la visión generalizada en el sector energético, los factores que frenarán de nuevo al sector.
El Gobierno ha destinado 1.552 millones de euros de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) a subvenciones directas para las viviendas y las empresas que instalaban nuevas plantas de autoconsumo. Unos fondos que el Ministerio para la Transición Ecológica ha distribuido entre las comunidades autónomas, que son las que gestionan el reparto hasta el beneficiario final.
Hasta ahora, los perceptores de las ayudas de manera efectiva algo más de la mitad del presupuesto asignado de media en todo el país. Pero es muy desigual efectividad entre comunidades autónomas hasta el momento: mientras que el País Vasco ha resuelto ya un 84% de todas las solicitudes recibidas, Extremadura sólo ha atendido de momento un 6%, según datos recopilados por el Ejecutivo central.
La demanda de ayudas ha sido desbordante, la suma de los presupuestos de las ayudas con fondos europeos para autoconsumo, para almacenamiento detrás del contador y para climatización y agua caliente asciende a 2005 millones de euros y las CCAA han recibido solicitudes por más de 3.363 millones, según los datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), dependiente de Transición Ecológica, con datos de los gobiernos regionales. Los beneficiarios finales de los tres programas de ayudas han percibido ya 1.092 millones, un 54% del total presupuestado.