El 2024 será un brindis al optimismo, si Castellón hace los deberes: más presión sobre Madrid, para conseguir ayudas públicas del Gobierno central, pero a lo grande; y no quedarse esperando a inversores, sino salir a por ellos y aprovechar el momento para postular terrenos y atraer a potenciales empresas que en estos momentos dudan en establecerse en las tierras vecinas de Cataluña. Estas y otras recetas son las que ha ofrecido el doctor en Economía por la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, al auditorio congregado en el Moll de Costa de Castelló para escuchar sus siempre polémicas pero acertadas previsiones, en esta ocasión, bajo el título El momento económico y perspectivas para 2024.
Colaborador habitual de medios de comunicación nacionales, consideró que el ejercicio entrante «no va a ser un buen año para tener beneficios, pero sí va a bajar la inflación --que acabará este mes por debajo del 3%--, el precio del gas y caerán en picado las materias primas (estas han bajado un 25% en el último año y medio y un 10% estos dos meses); por lo que soplan vientos favorables para el azulejo».
Un nuevo orden mundial que «sopla a favor»
Para el también director del Máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria y profesor de Economía (en la UB, Universitat Oberta de Catalunya y EDEM), «2024 no será malo pero sí de estancamiento económico». Con todo, habrá oportunidades, será de los más positivos de la última década, de comienzo de un mundo nuevo», dado el renovado establishment mundial. «La globalización comercial se ha acabado y esto le viene bien a España. EEUU ha puesto aranceles y esto perjudica al sudeste asiático. A su vez Alemania pierde ventaja. No puede comprar gas barato de Rusia ni exportar a China, que frena compras».
Industria como generador de empleo de calidad
Con la competencia asiática y alemana de capa caída alentó a apostar por la industrialización aprovechando los fondos europeos Next Generation, pero atajando la burocracia que no deja que lleguen al capital privado, y destinando más a industria, «capaz de generar un empleo de calidad» y menos a infraestructura. A la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) les lanzó el consejo de «elevar la presión en Madrid --ante el Gobierno central-- para conseguir más ayudas para Castellón», sin escatimar en cuantías.
Otra clave es potenciar la construcción de viviendas, puesto que «no falta demanda aunque sí existe un déficit de mano de obra que se puede compensar con la llegada de más inmigrantes». En este sentido, tildó de interesante el aval público para que los jóvenes pueden acceder al crédito e independizarse.
Puerto, aeropuerto y turismo
En referencia a Castellón, considera que su Puerto, aeropuerto y empresas son un baluarte y para cazar inversores citó tres pistas: «Dar a las empresas que se planteen asentarse en la provincia facilidades en los terrenos y que estos sean baratos; que las entidades financieras respalden gran parte de la operación; y captar el máximo de subvenciones». Asimismo, animó a Castellón a explotar su turismo como provincia de costa con una «oferta de calidad» que buscan familias de todo el mundo, que antes recortaban el gasto en electrodomésticos y automoción y ahora lo destinan a ocio y viajes, una tendencia pospandémica. Para Bernardos, el futuro no es desastroso, sino que «es mejor que el pasado, especialmente si ustedes ponen de su parte», animó dirigiéndose al tejido empresarial e institucional castellonense.