«Queremos futuro. Peche non!!». Más claro no pudo ser el mensaje que los trabajadores de Levgranite, la filial que Levantina posee en O Porriño (Pontevedra), mandaron este jueves a la cúpula de la multinacional. Secundada por casi todo el personal, la marcha tomó las calles de la localidad pontevedresa para clamar contra el cierre de la granitera, que amenaza con poner fin a su actividad industrial y despedir a 95 de las 116 personas que emplea, preservando únicamente su rama logística y comercial
.Convocada por el comité de empresa (conformado por CIG, UGT y CC OO), la protesta concluyó a las puertas del Ayuntamiento, donde los representantes sindicales mantuvieron un encuentro con el alcalde popular Alejandro Lorenzo, que se comprometió a «hacer todas las gestiones que estén en su mano». Entre ellas, adelantó la posibilidad de realizar nuevas reuniones con los responsables del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) y la Consellería de Industria.El expediente de regulación de empleo (ERE) fue avanzado por Faro de Vigo y posteriormente confirmado por el gigante de la piedra natural para más del 80% de su plantilla. La medida pone en jaque la producción de Levgranite, antigua Graninter y que en su día se coronó como la mayor granitera por volumen de todo el país.
Conforme destacaron fuentes sindicales en declaraciones a Faro de Vigo, el hachazo a la actividad industrial es el primer paso de la multinacional para desaparecer de Galicia, ya que la actividad logística y comercial «serían inviables». En este sentido denunciaron la «especulación» en torno a los terrenos, cuyo valor cifran en nueve millones de euros.