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Opinión | «La competitividad industrial en juego: lecciones de Europa para España»

Las valoraciones de Verónica Rivière, presidenta de GasINDUSTRIAL, sobre la coyuntura del sector

25.03.2025 08:11

La industria en España se enfrenta a un desafío crucial: la necesidad de mantener y fortalecer su presencia en el país frente a la creciente volatilidad de los precios de la energía y la crisis energética global. Si comparamos la situación actual con la de hace unos años (2018-2021), observamos con gran preocupación que un 20% de la demanda industrial ha desaparecido, una señal de alarma que no podemos ignorar. La industria manufacturera, especialmente la gasintensiva, debe seguir operando en España si queremos avanzar en los objetivos de descarbonización que el país se ha propuesto. De lo contrario, la pregunta inevitable será: ¿dónde está la demanda industrial para descarbonizar?

La descarbonización de la industria es esencial para cumplir con los compromisos medioambientales a nivel europeo y mundial. Sin embargo, para que este proceso sea viable, necesitamos que las industrias manufactureras permanezcan en España. Es fundamental que, para garantizar un futuro sostenible, se adopten medidas que protejan la competitividad de este sector estratégico.


Se ha publicado numerosa documentación, como el informe Letta, el informe Draghi, el Industrial Clean Deal, el Plan de Precios Asequibles, el Marco de Ayudas de Estado, etc. Derivado de todas estas publicaciones, recaerá el peso en los Estados Miembros para que empiecen a actuar y regular en favor de la competitividad de sus industrias. En este contexto de cambios regulatorios, es importante señalar que la competencia en Europa es feroz, y algunos países como Italia, Francia y Alemania ya han tomado medidas para apoyar a sus industrias gasintensivas. España no puede quedarse atrás en esta carrera europea por la competitividad industrial y la sostenibilidad. Por ello, para garantizar el futuro de nuestra industria es urgente que se adopten tres medidas que ya están funcionando en otros países de la UE.

1. Creación de un Estatuto o Registro de Consumidores Gasintensivos

Durante la crisis energética se utilizaron datos del CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas) o del INE para identificar a los consumidores de gas más intensivos y así poder desarrollar las medidas del Marco de Ucrania. Esta clasificación por CNAEs fue discriminatoria y dejó fuera a industrias que sí que fueron consideradas gasintensivas en Europa. Un registro de consumidores gasintensivos sería más adecuado para aplicar medidas dirigidas de manera más precisa a la industria que depende, en gran medida, del gas natural. Italia ya tiene su Estatuto y bajo su paraguas desarrollan políticas de apoyo. Este registro sería útil para implementar medidas excepcionales en situaciones de alta volatilidad de precios, como la flexibilidad del caudal contratado (Qd) y otras medidas similares que se llevaron a cabo tras la invasión de Rusia a Ucrania.

2. Mantener la competitividad de la industria gasintensiva

En países como Italia, Francia y Alemania, las industrias gasintensivas han sido exentas de ciertas cargas económicas para proteger su competitividad, mientras se van desarrollando los gases renovables o el hidrógeno. Entre estas exenciones se encuentran la eliminación de la contribución al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) y la exoneración de los costes del almacenamiento subterráneo de gas, reducción de peajes, descuentos fiscales o interrumpibilidad gasista, entre otras medidas.

En España, la implementación de medidas similares podría ayudar a mantener la competitividad de la industria gasintensiva mientras se desarrollan y despliegan alternativas energéticas. Esto no solo aliviaría la carga financiera sobre las empresas, sino que también las incentivaría a seguir operando en el país. El gas natural debe ser competitivo para que la industria vaya invirtiendo en descarbonización. Sin competitividad a corto plazo no habrá inversión en descarbonización a futuro. Las inversiones se irán hacia países con costes más competitivos.

3. Incentivos para la descarbonización de los consumidores gasintensivos

La transición hacia otras fuentes de energía y la descarbonización de la industria gasintensiva requiere incentivos que hagan económicamente viables estas alternativas. Actualmente, existe una brecha de precios significativa entre el gas natural y otras fuentes de energía, lo que dificulta el proceso de descarbonización.

En este sentido, confiamos en que se desarrollen medidas específicas que ofrezcan ayudas directas e incentivos a los consumidores gasintensivos para que puedan avanzar en la adopción de otras tecnologías. Las obligaciones de consumo, si no vienen acompañadas de incentivos, provocarán la muerte lenta de la industria gasintensiva, reducirán las inversiones y deslocalizarán a la industria. En los países de nuestra competencia se incentiva la reducción de la brecha mediante Contratos por Diferencias. Sin este incentivo, ya implantado en Europa, la descarbonización creará distorsiones entre los distintos Estados Miembros y la deslocalización de las inversiones de la industria manufacturera gasintensiva.

En resumen, medidas urgentes ya implementadas en Europa

En Europa nos llevan ventaja. España no puede permitirse el lujo de quedarse atrás en esta carrera. Adoptar estas medidas de manera urgente es fundamental para garantizar que nuestra industria no solo se mantenga competitiva, sino que también se transforme en un pilar clave de la descarbonización y la sostenibilidad. Es el momento de actuar, antes de que sea demasiado tarde.