La expresión «el elefante en la habitación» se refiere a un problema evidente, importante o incómodo que todos en un grupo o situación conocen, pero que nadie quiere mencionar o abordar abiertamente. Se utiliza para describir temas delicados que, por diversas razones (como miedo, vergüenza o incomodidad), son ignorados a pesar de su evidente presencia e impacto.
Pues bien, los cierres que están acaeciendo de industrias cogeneradoras son el elefante en la habitación del Ministerio para la Transición Ecológica. Cuando se para una cogeneración se va degradando gravemente la competitividad de su industria y se sitúa al borde del precipicio: deslocalizar su producción a otros países y perder su empleo industrial en España. Eso no es ecológico. Las políticas del MITERD tienen una evidente autoridad, capacidad, causalidad y responsabilidad para potenciar la industria en España.
La pasada semana conocimos el cierre de una de las mayores papeleras del país, la planta de Barcelona de RMD Group, siendo la tercera papelera que cierra en Cataluña en los últimos seis meses tras la planta de Iberboard y Guarro Casas Gelida. Ya señalo yo que al menos en dos de los casos la situación de sus cogeneraciones desde hace tres años ha sido causa esencial añadida para el cierre, ya que el MITERD ni ha habilitado prorrogar la actividad cogeneradora como hemos solicitado con insistencia, ni ha posibilitado invertir al retrasar la convocatoria de subastas más de tres años. Pues bien, traslado a los lectores, como ya hemos hecho a la Generalitat y sociedad catalana, que en Cataluña este año 2025 tenemos al menos otras 21 industrias cogeneradoras en situación similar.
El pasado 9 diciembre advertimos públicamente desde Acogen que más de 150 industrias cogeneradoras estaban en vilo ante la votación en el Congreso de los Diputados de la ampliación de vida de sus cogeneraciones, algo imprescindible y razonable que llevamos tres años solicitando al MITERD ante su retraso en promulgar las subastas de cogeneración y el posterior tiempo que llevará acometer las inversiones. Una medida para mantener la actividad industrial competitiva hasta que lleguen las nuevas inversiones.
El Partido Socialista está paralizando en el Congreso de los Diputados la tramitación de esta medida, incluida en la modificación de la Ley de comercio de emisiones, que sigue promoviendo y apoyando con insistencia JuntsxCat, ERC, PNV y PP. Hemos presentado cifras, razones e informes jurídicos sobre lo oportuno, viable, justo y necesario de la medida, seguimos esperando, ojalá el Gobierno se avenga a apoyar lo que puede y debería hacerse.
Me asombra el desparpajo que tienen desde las administraciones —y otras partes con intereses particulares— para decirle a las industrias en qué tecnologías deben de invertir: “ponte una caldera de tal”, “electrifícate”, “pásate al hidrógeno” .... y en incentivarte a ello mediante subvenciones a la inversión sin analizar ni conocer los aspectos de la economía real, de la situación singular de cada empresa industrial y de su necesidad vital de ser competitivas. Mal invertir en tecnologías “verdes” con las que una fábrica acaba con mayores costes operativos no es sostenible ni ecológico. La descarbonización o es competitiva o no es sostenible; esta es la síntesis de todo el informe Draghi, o añadimos la palabra competitividad a la descarbonización o nos quedamos sin industria en Europa.
Las empresas industriales, más pronto que tarde, acaban rechazando direccionamientos ideológicos inanes, sabedoras de que la ideología no da competitividad a la industria, sino estudiar y acometer con conocimiento y rigor inversiones acertadas. Las inversiones han de ser sostenibles no sólo en lo ambiental, sino en lo económico añadiendo competitividad, para que puedan ser verdaderamente sociales, manteniendo y acrecentando el empleo. Aquí les dejo el caso de una de nuestras industrias líder en Asturias que cogenera, que sigue esperando y reclamando poder renovar e invertir en su cogeneración y que ha descartado otras inversiones ”por la incertidumbre sobre los costes”.
El año pasado el Gobierno promulgó con celeridad unas generosas líneas de subvención con 150 M€ para empresas que cerrasen sus cogeneraciones y pusiesen otras tecnologías verdes... quedaron desiertas en más de un 70%. Bien haría el MITERD en dejar que las industrias decidan si mantienen e invierten en cogeneración, habilitando cuanto antes un marco de subastas que sea un éxito para todos y que no ponga más palos en las ruedas. Si se quiere hacer un buen diseño que resulte un éxito, la receta es sencilla: tengan en cuenta la opinión de las empresas , asociaciones y patronales industriales.
Esperamos que el Gobierno actúe pronto. Teresa Ribera se fue tras cuatro años sin acabar la transición de la cogeneración y su industria en España. La actual vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, así como el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, tienen ahora la responsabilidad y oportunidad de llegar a acuerdos y decisiones para que nuestras industrias abandonen la senda de cierres.
Desde hace tres años la producción de cogeneración se ha reducido un -37%, un -45% en los últimos 5 años. Nuestras industrias han perdido más de 1.500 M€ en facturación de electricidad de cogeneración: la consecuencia en la competitividad industrial es evidente.
A la luz de las recientes declaraciones de Sara Aagesen ofreciendo «certeza» a todos los inversores para apostar por la transición energética en España ya que el país está en «un momento histórico para la reindustrialización», mantenemos la esperanza de que pronto esta certeza también alcance a la cogeneración y a sus industrias.
Es tiempo ya de apoyar y dar certidumbre a las industrias que emplean la cogeneración —alimentarias, papeleras, químicas, cerámicas, refino, automóvil, textil, etc. —, más de un 60% pymes y que en un 90% operan en continuo los 356 días del año.
Sería bueno que el Gobierno fuera capaz de alcanzar acuerdos y consensos con otros grupos políticos para retomar la senda de mantener y fomentar el empleo y la inversión industrial en las industrias calorintensivas que utilizan la cogeneración, como hace su competencia europea, tal como anunciaba hace unas semanas Alemania que seguiría apoyando las cogeneraciones después de 2026.
El Gobierno debe reaccionar pronto y lo sabe: sin cogeneración, el declive industrial llama a las puertas de cientos de industrias.