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India y el crecimiento «exponencial» de sus exportaciones cerámicas

Los envíos a Europa o Estados Unidos han subido cerca del 60% durante el último año

26.12.2023 07:25

Los principales países clientes de la cerámica española se encuentran en un momento de descenso de la demanda, como consecuencia de la inflación y la incertidumbre generada por los conflictos internacionales. Algo que se nota en los principales productores mundiales, con una destacada excepción. India acabará el 2023 con un gran incremento de la producción y sus exportaciones. Según destacó el presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu, el sector se enfrenta a «un crecimiento exponencial» del producto indio por todo el mundo.

Según la publicación Ceramic World Review, este país acabará el 2023 con cerca de 2.800 millones de metros cuadrados fabricados, 500 más que en el 2022. «Solo este incremento en volumen ya supera a la producción anual de España», detalló el vicepresidente de Ascer, Ismael García Peris.

Los datos evidencian el contraste entre las ventas de España y las de India en mercados atractivos para sendos países. España retrocede un 13,6% en Estados Unidos, mientras India se dispara hasta un 57% más. Algo parecido pasa con Israel, con una caída del 39,7% y un aumento del 334%, respectivamente. Un fenómeno que también se da en el continente europeo, cuyas importaciones de materiales cerámicos indios se eleva hasta el 60% en este año.

Cadena de valor

El presidente de Ascer comentó que el problema «no es lo que hace, sino lo que pueden llegar a hacer en el futuro». En estos momentos hay muchos compradores potenciales que recelan del producto de India.

Como respuesta, estas industrias «buscan centros de distribución, estrechan la cadena de valor y quieren demostrar que su servicio es bueno; si se ganan la confianza de los clientes, tendremos un problema», detalló. Algo que ya empieza a darse en Estados Unidos.

Petición de medidas

Como respuesta, Ascer quiere ampliar la unión con el resto de fabricantes europeos de cerámica, ya que los fabricantes del propio continente deben cumplir las normas medioambientales más estrictas del mundo, lo que reduce su competitividad e incrementa su precio, mientras sus competidores no cumplen con las mismas reglas, así como con las condiciones laborales.

Para eso, quieren que la Unión Europea se implique con mecanismos de protección, ya que los actuales aranceles antidumping no han tenido el efecto deseado. Además, se piensa potenciar la promoción de producto sostenible, que cumple con las normas laborales, de emisiones y éticas que obliga Europa.