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Argelia recula y negocia aranceles de menos del 60% para el azulejo español

01.11.2018 09:01

Tras un inicio de año en el que el dossier Argelia preocupaba y mucho al sector azulejero de Castellón, las negociaciones entre el país norteafricano y la Unión Europea arrojan las primeras noticias esperanzadoras.

Según trasladó a Mediterráneo la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez, que hace escasos días se reunió con el negociador jefe europeo, Ignacio García Bercero, el acuerdo entre las partes está más cercano, aunque todavía no es inminente. «Argelia ha aceptado que no puede incumplir el acuerdo comercial con la Unión Europea de forma unilateral, como pretendía cuando planteó la posibilidad de establecer aranceles a la importación de azulejos y otros productos», apuntó Rodríguez. Ello ocurrió en junio, y entonces el gobierno argelino amenazó con tasas a la importación de hasta el 200%, algo que en la práctica suponía la imposibilidad de vender cerámica.

Ahora, y tras cuatro rondas de negociación en las que también han participado miembros de Ascer, básicamente han cambiado dos cosas. La primera es que parece viable un acuerdo para establecer aranceles «razonables». Por ahora, ya se está hablando de una tributación del 60%, sensiblemente inferior a las intenciones iniciales pero que en Bruselas están convencidos todavía de ser capaces de rebajar.

TEMPORAL

La segunda cuestión, tan importante como la primera, es que el arancel que se establezca «será de carácter temporal», según la portavoz socialista. «El ejecutivo de este país africano considera que el acuerdo comercial que se estableció con Bruselas no está dando los resultados esperados en cuanto a las inversiones extranjeras, y por ello se está negociando una cláusula de salvaguarda transitoria hasta que la situación se normalice, pues su economía pasa por muchos apuros», resumió Rodríguez. Es en este contexto que cabrían la posibilidad de establecer tasas a la importación de algunos productos, pero siempre durante un periodo de tiempo determinado.

En un principio, la amenaza tenía visos de convertirse en permanente, pues el gobierno argelino preveía introducir los aranceles en su futura Ley de Finanzas una vez que vencieron, en mayo, las licencias temporales de venta.