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El azulejo 'made in Spain' mantiene los precios ante la competencia china

04.01.2019 12:54

En un contexto económico de ralentización y de aumentos de la producción muy moderados, el precio al que las empresas azulejeras de Castellón vendan sus baldosas en el extranjero es determinante para las cuentas de resultados de las compañías. En este apartado, y según el último informe de la revista especializada Ceramic World Review, el Tile of Spain aguanta precios en un momento en el que la producción mundial va al alza y existe una creciente competitividad entre las industrias de los distintos países productores para ganar cuota de mercado.

De esta forma, las compañías azulejeras castellonenses venden sus mercancías a un precio medio de 6,6 €/m2, manteniendo un cómodo segundo lugar en la clasificación a nivel mundial pero igualmente lejos de una Italia muy afianzada en la primera posición y cuya mercancía tiene un valor medio de 13,9 €/m2.

Tanto los productores españoles como los italianos son capaces de que sus baldosas suban de valor, aunque sea de forma mínima, pues ambos ganan 0,1 €/m2 respecto al ejercicio anterior, según el citado informe. Sin embargo, China solo es capaz de vender sus baldosas a 4,5 €/m2, cuando un año antes tenía un precio de 4,9/m2. Esta pérdida de valor, que en solo doce meses es del 8%, se produce en paralelo al incremento de la producción por parte del gigante asiático, que el 2017 ascendió a 6.495 millones de metros cuadrados, 500 millones más que el año inmediatamente anterior. La situación tampoco es mejor en otro de los grandes países productores, la India, donde los precios medios apenas llegan a los 3,2 €/m2.

Por detrás de España se sitúan Polonia (5,6 €/m2) y Turquía (5,2 €/m2). La pujanza de este último país es más preocupante para el sector cerámico de Castellón porque su producción no deja de crecer y ya se sitúa en más de 350 millones de metros cuadrados.

DOS VELOCIDADES 

El proceso de concentración que vive el azulejo provoca que las grandes firmas del sector sean capaces de producir cantidades crecientes de cerámica y, por lo tanto, de ofrecer precios mucho más competitivos, mientras que el futuro del resto pasa en buena medida por «seguir peleando por ofrecer un producto de primera calidad a precios mayores», según indicaron fuentes empresariales.