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En busca del sello de sostenibilidad para la cerámica

05.10.2012 09:43

La Diputación de Castellón, a través del Instituto de Promoción Cerámica en su objetivo de respaldar al sector cerámico ha hecho una apuesta por vincular las nuevas demandas del mercado a sus propuestas y gestiones.

Actualmente, en el mundo de la construcción, la sostenibilidad prima para convertir en más eficientes los productos y buscar soluciones a los impactos ambientales. En ese campo, la cerámica italiana tomó la delantera impulsando los certificados de compra verde. Lo hizo abarcando el mercado europeo y también en el norteamericano. Pero en esa carrera el azulejo español no se está quedando atrás.

Por parte de la institución provincial, el proyecto Solconcer está destinado a ese fin. Consiste en un procedimiento de catalogación de la cerámica en función de las prestaciones, sostenibilidad e incluso industrialización. De manera que, bajo las características que un profesional necesite para desarrollar su proyecto constructivo, la cerámica le muestre una gama de soluciones que resuelvan sus necesidades y le aporte todo el valor añadido de la versatilidad, estéticas, calidad y durabilidad, entre otras bondades.

El vicepresidente del IPC, Vicent Sales, ha señalado que “con este proyecto matamos dos pájaros de un tiro, porque damos respuesta ala inquietudes sobre la certificación de compra verde, adelantándonos a una probable necesidad de certificación. Pero además, nos volcamos en potenciar la innovación cerámica para que el producto responda ala s necesidades de eficiencia energética de los edificios y a la demanda de los arquitectos de buscar soluciones constructivas industrializadas que permitan la rápida edificación con máxima calidad”.

El arquitecto Han Scharoun, exponente de la arquitectura orgánica señaló hace ya más de treinta años que “como meta, la arquitectura debe proponernos la creación de relaciones nuevas entre el hombre, el espacio y la técnica”. Ahora, tras décadas de prevalencia de la construcción sobre el espíritu de habitabilidad de los edificios, la necesidad de adaptarnos al concepto de “habitar”, vuelve de nuevo a la palestra. Y en este fin, la cerámica de Castellón puede generar grandes aportaciones a los creadores de la construcción.

En este aspecto, la cerámica española no se ha quedado atrás, ni desde el primer minuto. El compromiso del sector cerámico, así como el de las fritas y esmaltes  y de la Diputación por lograr la meta de la sostenibilidad ha sido absoluto. Procesos eficaces de producción, reutilización energética y minimización del impacto ambiental, están primando ahora en la producción.