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Castellón, a la cola en innovación a pesar de la capacidad del azulejo

17.10.2017 10:53

A pesar de la repetida y cacareada apuesta por la Industria 4.0, el tejido económico castellonense arrastra un déficit innovador. Lo pone de manifiesto el informe que el Institut Valencià d’Investigacions Econòmiques (IVIE) ha llevado a cabo con la Fundación BBVA,

La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento, que señala que en el territorio provincial «no ha penetrado todavía con suficiente intensidad» esta economía del conocimiento, apuntan desde el IVIE. Y ello a pesar de la «base industrial significativa» y «muy localizada» de Castellón, la cerámica, ha potenciado «la instalación de proveedores y la creación de mano de obra especializada» que podría haber contribuido a ello, afirma Ernest Reig, coordinador del trabajo.

No lo ha logrado, fundamentalmente, por la escasa concentración de población en aglomeraciones urbanas de alta densidad (de más de 50.000 habitantes y con más de 1.500 por Km2), un hecho decisivo para contar con la citada economía del conocimiento (un parámetro para medir el carácter innovador de una sociedad).

Y es que las zonas que disponen de esa mayor concentración de población son las que más innovan. Así, nueve provincias (Álava, Barcelona, Cádiz, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vizcaya y Zaragoza) concentran el 44% de la población española, pero disfrutan del 71% de los trabajadores ocupados en actividades relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); y reúnen el 60% de las patentes de España.

SOLO EL 0,8% DEL TOTAL

Estas son dos cuestiones que miden el grado de innovación de una sociedad... y en ellas Castellón no sale bien parado. La provincia solo registró el año pasado 18 patentes, el 0,8% de las 2.761 que se concedieron en España, cuando por población le correspondería el 1,2%. Asimismo, solo 2.536 personas trabajaban en el 2016 en empleos relacionados con las TIC, una cifra que además bajó respecto al 2015, cuando eran 2.748.

Aunque Reig explica que solo unas pocas regiones escapan de esta falta de economía del conocimiento, lo cierto es que la ausencia en Castellón de concentraciones urbanas destacables, que facilitan la concentración de infraestructuras y de servicios competitivos (de conocimiento, financieros,...) que surtan a la industria de valor añadido, restan competitividad a la misma. «Hay funciones que solo aparecen a partir de un determinado nivel de población», apunta Reig. La solución: importarlos de otras zonas con contratos ad hoc.

La importancia de todo ello radica en que todo esto favorece niveles más elevados de productividad, hacia lo que también se intenta tender con «nuevas tecnologías de fabricación, diseño de calidad, imagen de marca,...», por lo que sí apuesta el azulejo.

Para alcanzar esta economía del conocimiento, también es un lastre la falta de financiación del Estado a la Comunitat «porque los recursos se concentran en lo básico» y a la innovación o la política industrial «puedes destinar muy poco». Por eso, este es también «un tema a resolver».

BAJA LA POBLACIÓN ACTIVA CON ESTUDIOS SUPERIORES

Los datos en que se basa el informe elaborado por el IVIE y la Fundación BBVA también muestran un déficit de Castellón en materia formativa. En este sentido, la provincia perdió el año pasado casi 6.000 personas de la población activa que contaban con estudios superiores. Frente a las 93.634 con que contaba en el 2015, el año pasado se contabilizaban 87.817. La explicación a este descenso puede estar en la fuga a otras zonas.

Y es que Castellón también perdió población ocupada en sectores TIC. Concretamente, 212 personas, hasta quedar fijadas estas en 2.536 el año pasado. Eso sí, ganó personal que trabaja en empleos altamente cualificados, que el año pasado llevaban a cabo 56.181 personas.
De todas formas, todos estos parámetros presentan porcentajes muy reducidos respecto al total estatal y están por debajo de las medias españolas y autonómicas. Y todo ello tiene que ver también, como no podía ser de otra manera, con la capacidad que tiene la economía castellonense para innovar, ya que «la incorporación de personas jóvenes con estudios superiores» es uno de los principales factores que ayuda a la innovación, señala el investigador Ernest Reig.

PASO AL FRENTE
Ante la falta de estímulos de política económica --«hay que apoyar equipos de investigación más productivos», resalta--, el coordinador del estudio apunta que el tejido económico provincial debería «dar un paso al frente e incorporar nuevos elementos» que favorezcan esa innovación y el consiguiente aumento de la productividad. El fomento de la formación, la lucha contra el abandono escolar o el impulso de la investigación de excelencia en las universidades son necesarios.