Desconectar
Actualidad

Un paseo por las joyas modernistas de Castellón

26.02.2019 11:10

Un sosegado paseo por algunas de las calles de nuestros pueblos nos descubre edificios de una belleza singular. La arquitectura modernista está presente evocando otros tiempos. Como explica Joan Feliu, del departamento de Historia, Geografía y Arte de la Universitat Jaume I, “el Modernismo es un estilo arquitectónico asociado a una nueva clientela, la familia burguesa, que quería una clase diferenciada del usado por la nobleza, el estado o la iglesia, una personalidad nueva”.

“De ese modo, esta arquitectura dependerá de la creación de esta nueva clase, vinculada en Castellón al enriquecimiento por la exportación de naranja y, progresivamente, a la fabricación de azulejos”, relata Feliu. Un Modernismo en Castellón que tiene “más que ver con la decoración que con sus características estructurales, y esto dio una extraordinaria relevancia y riqueza a la cerámica, que pasó a ser uno de los elementos decorativos más usados en la época”, concreta. 

Mientras, Jaime Prior, vocal de cultura del Colegio Territorial de Arquitectos de Castellón, asegura que “entendemos por Modernismo una manifestación artística que sacude Europa de finales del siglo XIX a principios del XX, multidisciplinar y con múltiples facetas, que se enriquece con aportaciones y sinergia del entorno de donde surge”. “No hay un modernismo, sino muchas corrientes modernistas que se muestran  más o menos coordinadas pero no uniformes, antes de asumir la industria como  generadora de pautas estéticas”, afirma.

El conjunto modernista de la plaza de la Farola

“Es nuestro gran modernismo puesto que, además es una manifestación común en las casas de esta periodo”, señala Jaime Prior a la hora de referirse al conjunto monumental modernista de la plaza de la Independecia, popularmente conocida como la Farola, en Castellón, citando especialmente la Casa de las Cigüeñas y la Casa Calduch. 

Prior recuerda que “en la provincia de Castellón podemos afirmar de manera indiscutible que la arquitectura modernista aparece en los puntos de mayor industrialización”. Una industria que, “en el caso nuestro no es todavía de transformación sino vinculada al comercio y la naranja”, concreta. En este sentido,  “Castellón y Burriana serán los principales focos reconocible y, en menor medida Onda, Vila Real, Nules y Benicarló”. 

Y, añade Prior, “en nuestra provincia no existe ningún arquitecto ni maestro de obras que se signifique especialmente por defender y practicar este movimiento”. “Ros de Ursinos podría ser cercano a ello, pero si hay una figura que realmente aporta una visión personal es Josep Gimeno Almela, autor de dos piezas interesantísimas: la casa Dávalos en la calle Gasset y el Almacén Dávalos de la calle Herrero”.

El excepcional edificio neoárabe de Correos

“En Castellón es imposible olvidar que el gran arquitecto del modernismo valenciano, Demetrio Ribes Marco, construyó el edificio de Correos y Telegrafos de la capital de la plana”, recuerda el vocal de Cultura del Colegio Territorial de Arquitectos de Castellón, Jaime Prior. Situado en la plaza de Tetuán, es un inmueble administrativo levantado en el año 1932. La iniciativa de la sede de Correos de Castellón forma parte de un programa estatal de 1909, con el que se pretendía dotar de un nuevo lugar para esta actividad a cada una de las capitales de provincia. El inmueble, diseñado por Ribes, está dividido en tres plantas: la baja para la atención al público, en la primera las oficinas y en la tercera las viviendas. El vestíbulo público es un patio cubierto por una cristalera a la que recaen las plantas superiores.

La Sagrada Familia, arquitectura religiosa modernista

Joan Feliu, del Departamento de Historia, Geografía y Arte de la UJI, comenta, respecto a la protección de los edificios modernistas que, “en la mayoría de los casos están protegidos”. “Las poblaciones tienen como parte de los planes Generales de Urbanismo una redacción de Bienes de Relevancia Local aprobada por la Conselleria de Cultura donde todas estas edificaciones aparecen protegidas, como poco, a nivel de fachada”, concreta Feliu.

Cita los casos de Castellón, “con el Catálogo de Bienes de Relevancia Local que publicó el Colegio de Arquitectos y que engloba perfectamente todos los ejemplos modernistas”; Burriana, “donde se corrigió no hace mucho un catálogo que protegía las fachadas y se añadió la puesta en valor de estos espacios”; y también Vinaròs, “gracias a la labor de la asociación de Amics de Vinaròs”.

El vocal de Cultura del Colegio Territorial de Arquitectos de Castellón, Jaime Prior, se muestra más crítico a la hora de hablar de la protección de estos inmuebles: “En muchos casos, cuando existen, llegan  tarde”. “Los edificios modernistas han sido objeto de deseo durante mucho tiempo por parte de la actividad inmobililaria, sin ir más lejos recuerdo los dos edificios esquineros de la Plaza Major de Nules, desde los 70 sustituidos por unas flamantes torres de viviendas”. 

PAISAJES DE LAS CIUDADES

Para Prior, “las  sustituciones en esos años cambian el paisaje de estas nuestras ciudades modernistas y se ceban sobre todo en el centro (plaza Mayor de Vila-real y plaza Santa Clara de Castelló)”. “No existen planes globales de conservación y los edificios suelen tener algún tipo de protección en los Planes Generales de las respectivas ciudades, pero no  existe ningún Bien de Interés Cultural Modernista en la provincia de Castellón”, lamentó el vocal de Cultura de la junta de gobierno del Colegio Territorial de Arquitectos.

La señorial Casa Giner de Vinaròs

Situada en la calle Major número 4, la Casa de Ángel Giner fue construida en el año 1914 y es uno de los edificios más emblemáticos e importantes de Vinaròs. El monumental inmueble fue construido en el año 1914 para acoger el comercio de dicha familia.

La fachada presenta líneas simétricas y rectas, y destacan los elementos decorativos que representan diferentes motivos musicales, junto con sus volutas vegetales y barandillas de fundición que le dan un marcado carácter muy señorial.

La fachada, serena y elegante, y a su vez exuberante y colorista, ha convertido esta casa en uno de los mejores reflejos de la idiosincrasia burguesa y liberal del primer cuarto del siglo XX. El mirador, acabado en madera, define el eje principal del edificio modernista.

La Casa Conill de Burriana, ahora museo

En la calle Mayor número 10 de Burriana está la llamada Casa Conill y que alberga actualmente el Museu de la Taronja. Es un singular inmueble, bello ejemplo del eclecticismo modernista, fundamentalmente en los hierros y modelo de domicilio privado de un comerciante burgués de Burriana.

Su destino actual no resta importancia a su carácter singular y paradigma del modernismo en las comarcas castellonenses. Burriana, además es una de las localidades que cuentaa con un mayor número de edificios modernistas, precisamente por su auge neoburgués.

El colorido floral de Casa Sendra

Esta casa en Vinaròs, construida a principios del siglo XX, perteneció a la familia Sendra, propietaria de una importante fundición de hierro, situada en la Plaza Jovellar tiene planta baja y tres pisos. Lo más curioso de la fachada del edificio son sus cuatro tipos  de ventanas. 

La rectitud de la fachada se resalta por azulejos colocados en hileras verticales con  aplacados, molduras en forma de claves musicales, plafones heráldicos sobre dinteles y balcones, y barandillas con dibujo floral. La decoración de la fachada es  amarilla y los  balcones tienen unas barandillas de hierro de gran belleza que representan ramilletes de flores.

Casa Bosch, una joya modernista en Benicarló

Se trata de un edificio de viviendas entre medianeras, que perteneció a la familia Bosch, por lo que es conocida como Casa Bosch. En la planta baja se encontraba la entrada zaguán que llevaba hasta un frondoso jardín posterior que en la actualidad está desaparecido. Lo más destacado del inmueble es su fachada, uno de los pocos ejemplos modernistas del Maestrat. 

Tiene tres plantas cada una de ellas diferente. El edificio presenta una gran simetría. La fachada se divide en tres, dos cuerpos laterales que siguen con dos miradores en la planta noble que continúan en la segunda a modo de balconada. El cuerpo central se ordena en la planta baja con un gran portalón de madera, mientras que en los pisos superiores se desarrollan dos balcones con reja de hierro forjado con decoración vegetal.