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Puig y el azulejo exigen a Madrid una reunión urgente por la cogeneración

10.09.2018 09:39

Con el convenio del azulejo ratificado por los sindicatos tras una dura negociación de ocho meses, la cuestión que más preocupa ahora mismo a las empresas del sector cerámico castellonense es el de los costes energéticos. La patronal Ascer urge a las administraciones a encontrar soluciones de forma inmediata, pero por el momento las ministras de Industria y Transición Ecológica no han respondido a la petición de reunión que realizó el president de la Generalitat, Ximo Puig, el pasado junio.

Prácticamente tres meses después, y pese a que fuentes de Presidencia aseguraron a este diario que ya han solicitado verse con las responsables de ambos departamentos, no hay fecha para un encuentro que no solo afecta a las 28 compañías azulejeras que tienen plantas de cogeneración, sino a todo el sector, que exige la repotenciación de sus fábricas para reducir la factura eléctrica y mejorar la calidad del suministro.

Todo ello se da en un contexto de continuo aumento de los costes energéticos que, pese a que afecta a toda la industria provincial, se ensaña particularmente con el sector cerámico, puesto que el proceso productivo de las baldosas es intensivo en energía como pocos. Un dato del Instituto de Tecnología Cerámica basta para entenderlo: el 28,9% del consumo de energía total de la Comunitat Valenciana lo usa el clúster castellonense. Es por ello que para las compañías son claves las medidas que puedan reducir sus facturas, de ahí que hagan un llamamiento a las administraciones para acelerar los contactos.

ALARGAR LA cogeneración // La principal demanda pasa por alargar la vida útil de las plantas de cogeneración, que permiten al sector obtener energía térmica y eléctrica en un solo proceso. De las 28 que existen en azulejeras de la provincia, un total de nueve --el 22% del total-- habrá cumplido los 25 años de vida útil que establece su régimen retributivo en los próximos cuatro años.

El problema al que se enfrentan es que una modificación legal del 2012 limitó a 25 años el funcionamiento de las factorías, pero el desarrollo regulatorio posterior, que debía dictaminar las inversiones necesarias para alargar su funcionamiento hasta el 2030, no se ha hecho. Eso es lo que piden las firmas del sector, pues denuncian que de lo contrario el proceso de producción se encarecería «entre un 25% y un 30%», ampliando el «agravio comparativo» con Italia, que ya paga el gas más barato.

Por el momento, lo máximo que ha realizado la responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, es una declaración de buenas intenciones en el Congreso. Fue a principios de julio, cuando se comprometió a presentar un paquete de medidas urgentes respecto a la cogeneración del que por el momento no se conocen más detalles.

La repotenciación es otra de las exigencias que Ascer realizó a Puig en el marco de la última Mesa de la Cerámica, y que este se comprometió a reivindicar ante las dos ministras. El objetivo es que la administración central medie ante las compañías eléctricas para que sean estas las que asuman la inversión necesaria para aumentar el nivel de tensión en las fábricas de baldosas, pues el 90% solo accede a una potencia de 20 kilowatios.

CONTEXTO COMPLEJO

Las demandas de las azulejeras respecto a los costes energéticos se producen en un contexto productivo que arroja luces y sombras para el clúster. Así, pese a que el comportamiento en lo que va de año es mejor que el de otras ramas de la industria valenciana, como el automóvil, hay señales de cierta ralentización. La última de ellas, el índice de producción industrial de julio, que bajó un 0,3%, una leve caída que el sector espera revertir con el empujón que supone la feria de Cersaie que comienza el 24 de septiembre.